Los desiertos del bloqueo lector | Letras de Tania

A todo aquel al que le gusta leer, ha atravesado en algún momento de su vida episodios en los cuales se alejan de la lectura para despejarse, como si a veces las temáticas o el contexto en el que fueron asignados algunos libros no fueran suficiente motivación para explorarlos con gusto.

Yo no había atravesado mucho por eso porque siempre me ha encantado leer, y he tenido la fortuna de que la mayoría de las lecturas en las que me he embarcado, las he atravesado con éxito. Si acaso una o dos veces me ha resultado complicado por desinterés o saturación de varias lecturas al mismo tiempo, y es cuando todo parece querer estallar debido a la falta de tiempo. 

Fuera de eso, no había atravesado ningún otro bloqueo lector... hasta ahora

Las circunstancias fueron extrañas, y creo que eso fue lo que perjudicó el asunto desde el principio. Yo tenía ilusión de leer cierto libro que desde hace muchos meses tenía ganas de analizar y revisar de manera crítica, y no había sido posible debido a que se habían atravesado diversos libros ya sea del taller, o del trabajo que tengo como correctora de textos. Total que cuando por fin llegó el momento de presentar la propuesta de tan ansiada lectura, me fueron impuestos en su lugar otros libros que no venían planeados desde nada de tiempo, y mi tan ansiada lectura quedó en el rincón más oscuro de la sala de discusión. 

Fue extraño porque en el momento en el que todo esto estaba sucediendo, yo estaba en la víspera de la oleada de fiebre de la que les conté en ESTA PUBLICACIÓN, por lo que no tuve fuerza ni voluntad para poner a debate con sus debidos argumentos, la postura que yo mantenía y que hasta ese día, había quedado acordada en grupo. 

El día en el que eso sucedió me quejé de manera débil, y más tarde ese día y el resto de la semana me la pasé en cama, sin demasiado tiempo para meditar con cuidado lo que había sucedido. Sin embargo, la decisión ya estaba tomada y era necesario ponerme a leer para poder terminar con los encargos, así que me dispuse a conseguirlos y a tenerlos a la mano para comenzar en cuanto me sintiera un poco mejor. 

Pero... algo comenzó a detenerme. Al principio eran las demás responsabilidades que tengo, pero después de sortear eso, me atacó una desgana tremenda y una sensación amarga cada que buscaba embarcarme en las lecturas. Por alguna razón que en ese momento no supe explicar, me venía a la mente el momento en el que fueron asignadas las lecturas y eso me impedía abrir los libros para comenzarlos, como si viajara al pasado a ese momento en el que mi falta de fuerza me trajo una imposición. 

Lo más curioso de todo es que, hablando con un amigo que estuvo en ese momento y vivió la misma situación en exactamente las mismas circunstancias, estaba como yo: con el bloqueo lector clavado en la espina dorsal y en la cabeza, incomodándole al extremo de no poder disfrutar una actividad que, para él y para mí, es la más natural y agradable del mundo. 

Pero no estaba dispuesta a quedarme sentada con mi incomodidad en las manos y ya. Hablé con algunas personas que suelen leer mucho y les comenté el problema. Todos entendían lo que era un bloqueo de lectura, pero ninguno había experimentado una sensación como la mía, y menos la curiosa reacción en cadena que se extendió de la situación hasta dos personas. 

Algunos nos dijeron que no leyéramos lo que había sido impuesto, porque por obligación las letras no se asimilan bien. Otros nos dijeron que manifestáramos lo que sentíamos, aunque a la distancia eso era una opción bastante difícil. Lo mejor que nos pudieron recomendar fue que tratáramos de hacer a un lado las emociones que habían surgido en ese momento para poder abordar lo que queremos leer de manera que sólo nos concentráramos en ello y no en lo que nos hacía sentir su contexto. Meditar un poco antes de volver a leer es, hasta el momento en el que escribí esta publicación, lo que mejor me ha funcionado. 

Si tengo más progresos, o al menos los suficientes como para sentir reivindicado mi placer por leer, volveré a escribir sobre este tema. Por lo pronto, el desierto del bloqueo lector me ha permitido, después de más de un mes, detenerme en un oasis a descansar y reponer fuerzas. He analizado bastante bien la situación, así que espero encontrarme cerca del final de este ciclo que ha mantenido a mi mente suspendida en incertidumbre. 

Quién sabe... Tal vez me esté acercando a la solución...

Espero que les haya gustado este fragmento sabatino de letras. Como siempre, les agradezco mucho que pasen a leer mis textos, y el apoyo que puedan darles al compartirlos. Siempre me ayuda que recomienden el blog a más gente a la que le pueda interesar. Mil gracias de antemano por el esfuerzo.

Si te gustó esta pequeña anécdota, te invito a leer algunas otras que he dejado en este blog haciendo click AQUÍ. También puedes seguirlo a través de sus redes sociales.

¡Muchas gracias por leer, por compartir conmigo este momento, por estar aquí!
¡Nos leemos pronto!

Tania S.


Comentarios