Reflexión y compras en la FILPM 2018 | Letras de Tania

El pasado 4 de marzo asistí en compañía de una amiga muy querida a la 39 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), con el afán de buscar algunos libros valiosos que no había podido conseguir el año pasado pero que ya deseaba muchísimo. 

Junto con mi amiga, nos aventuramos en pleno fin de semana a nadar entre la gente para recorrer uno a uno los estantes que cada editorial y proyecto colocan. Platicamos con mucha gente interesante, además de que volví a recorrer el edificio como solía hacerlo hace un tiempo, cuando me ponía de acuerdo con mis amigos durante los tiempos de la universidad para ir juntos a embriagarnos de libros.

El año pasado no asistí porque se me fue el tiempo y no contaba con el presupuesto, pero este año sí tuve la oportunidad de visitarla para ver si encontraba alguna oferta.  

Las ferias de libros desde hace algunos años no tienen una gran diferencia de precio entre lo que ves en el evento y el precio que te ponen en librería. Siento que sólo sigue siendo un momento para aprovechar e inflamarse de dinero, en lugar de facilitarle el acceso de los libros a personas que en otras circunstancias no podrían pagarlos. A medida que escribo esto, pienso en que la compra-venta de libros sigue siendo al final un negocio que se aprovecha al igual que todos los demás, de los eventos en los que este tipo de valiosos objetos se hacen un poco más visibles. Aún así, siento que los "descuentos" de estos eventos no son suficientes, tomando en cuenta que sólo un porcentaje muy pequeño de la población en México lee, y que el promedio de lectura anual en México de hace dos años según el INEGI rondaba en los 3.8 ejemplares. Tú y yo leemos, sí, pero muchas otras personas no lo ven como una actividad agradable, o simplemente no es de su interés formar dicho hábito. 

Leer es un asunto de cultura, y si los libros no están a la mano (como lo están otro tipo de medios), esa cultura nunca llega a desarrollarse del todo. Por ello muchas de las decisiones que se toman son llevadas por la falta de visión, ante el simple hecho de desconocer de qué se compone el mundo, y a dónde podemos llegar si contamos con los consejos adecuados y nos esforzamos lo suficiente. 

En otras palabras: Leer nos quita la venda de los ojos. 

Dicho esto (porque ya me explayé demasiado con los temas de debraye quejumbroso), pasemos a las cosas que logré conseguir. Debo decir que todo lo que compré lo conseguí un poco más barato que si lo hubiera comprado en línea o en internet, así que de alguna manera le saqué partido a mi asistencia. 

Estos fueron los libros que traje de la Feria: 




Me quedo con esa pequeña reflexión acerca de lo fácil que sería tener los libros a la mano, si acaso fuera un interés de nuestra sociedad ir más allá de las pantallas. 

En fin. Creo que es todo por ahora. 

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¡Muchas gracias por leer!
¡Nos leemos pronto!

Tania S.

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