El búho diurno | Letras de Tania

La declaración más grande que puedo hacer sobre mí en este momento, es la siguiente: Soy una fanática contempladora de la noche, una escritora de madrugadas.

Desde que tenía 14 años me gustaba ese momento en el que las demás luces de la casa se extinguían, el sonido de la televisión se apagaba, y mi familia se iba a acostar; solo entonces me envolvía en silencio, con mil ideas dando vueltas alrededor de mi pequeño espacio para elevar mis ganas de hacer más actividades. No puedo explicar el por qué, sólo el hecho de que mientras más crecía, más era mi sed por saborear lo que me deparaba la noche. 

Por desgracia, no todo puede ser perfecto. Bien lo habrán sospechado si tuvieron la oportunidad de leer mi publicación anterior acerca de la epilepsia que poseo. La salud y los doctores encargados de supervisarla, me han prohibido encarecidamente que me desvele, pues es muy arriesgado. Hay muchas otras restricciones que vienen con esta, pero creo que es la que más me afectó desde el momento en el que fue mencionada: oficialmente tenía prohibido a partir de ahora disfrutar de aquellos instantes preciosos que cada madrugada me regalaba.

Aún con este predicamento y un montón de indicaciones, no he podido hacer de lado completamente mi lado nocturno. Ya no llego hasta las 4 am escribiendo como antes, pero sigo sin poder acostarme antes de las 12.

¿Cómo podría llegar a ser un buho diurno de la noche a la mañana?

¡Es imposible!

El reto de cambiar un hábito

Es importante realizar en casos como este un cambio de hábitos para adaptarme al hecho de que no podía disfrutar como en el pasado de esas bellas y silenciosas madrugadas mágicas.

Comencé tratando de obligarme a dormir a las 11, y después de dar vueltas en la cama por mucho tiempo, mi cuerpo terminaba por rendirse y entrar en un sopor parecido al sueño, pero sin un descanso que me pareciera satisfactorio. 

He logrado dormir en ocasiones a esa hora pero tiene mucho que ver con la cantidad de cansancio que tenga, pero si tengo ganas de escribir aun, me arrastro de un lado a otro antes de por fin lanzarme a la cama. Sin embargo, tiene que hacerse. Aunque una parte de mí no quiera.

Tengo un plan para ello. O mejor dicho, haré las cosas poco a poco. Primero, buscando otra hora que sea conveniente para mi escritura, y de esta manera disminuiré las ideas de madrugada. También anotar todo en papel y aumentar mi actividad física; esto con los objetivos de acabar con los estímulos visuales cercanos te de nuevo con la luz del celular o la laptop, además de que mientras llegue muy cansada a la hora de acostarme pueda contribuir a moverme, a cambiar este hábito.

La pregunta sigue todavía: 

¿Podré volverme algún día un búho diurno?  

Cuéntenme su opinión en los comentarios y si tienen algún consejo que me pueda ayudar con esta transición, se los agradecería mucho.

¡Nos leemos pronto!

Tania S.


Comentarios

  1. Hola Tania fuiste nominada en ¡LIEBSTER AWARD! 2017 https://elbitacoras.blogspot.com.es/2017/10/liebster-award-2017.html :D

    ResponderEliminar

Publicar un comentario