Cuando más necesitas moverte


Estos días han sido algo extraños.

No sé si haya sido el frío a mi alrededor, 

mezclado con esa sensación 
de cambio emocional que he percibido,
 lo que me ha hecho sentirme tan extraña, 
azorada y entumida.

Miro hacia arriba y a mi alrededor: 

me encuentro rodeada de todo aquello que siempre quise, 
o al menos de todo aquello por lo que he trabajado 
a lo largo del tiempo.

Faltan cosas, claro, 

pero no por no ser perfecto es malo.
 Las metas siguen ahí adelante,
 cada vez más altas,
 y cada vez más sorprendentes.

Soy feliz por lo que hay,

 estoy consiente de lo que falta,
 y a la vez tengo miedo por aquello 
que no he logrado completar.

Faltan cosas, faltan cosas...

Tal vez sea el constante recordatorio de todo aquello qué pasa,

 el que me tiene tan extraña estos días. 
Los cambios no han sido solo en mí, sino también 
en un entorno de aquellos que consideraba seguros.

Hay certidumbre, y se mezcla 

de vez en cuando,
 con su contraparte confusa,

Siento que le doy muchas vueltas a todo 

cuando el miedo me domina.

 Me siento como una presa asustada, 
buscando la manera más rápida y desesperada 
de salir de donde me encuentro.

Es ahora que pienso 
en lo que debo hacer
para no sentirme tan perdida.

La reflexión, la escritura,
junto con esta sed ferviente
que anuncia una transformación fuerte,
me susurran al dormir:
"si no sabes a dónde ir, 
es cuando más necesitas moverte.
No puedes dejar que el frío
entuma tu mente, 
ni tus extremidades, 
ni el resto de tu cuerpo,
ni el resto de tu ser.
Despierta, muévete;
camina, y luego empieza a correr. 
No esperes una señal, 
no esperes un momento especial, 
que la vida sigue, 
y no mira para atrás".

Comentarios

  1. Yo también necesito moverme, sacudirme la pereza... Tus letras me inspiran. ��

    ResponderEliminar

Publicar un comentario